Por Carlos Ramos
Mi hermana más pequeña vive en Naples, Florida, tiene 13 años y vio, en tiempo real, las parrandas remedianas. Ella no es una especie de Merlín del siglo XXI, ni tiene bolas de cristal o espejos con mágicos poderes. Simplemente con su teléfono celular conectado a internet basta para conseguir algo que, unos años atrás, hubiera parecido un milagro. Al igual que ella, cientos de remedianos que ahora viven en el extranjero se pasaron sin dormir la noche del 24 de diciembre. Sus familiares acá, usando imo (una aplicación para videollamadas) les hicieron un apasionante tour por la plaza José Martí, mostrándoles los trabajos de plaza, las carrozas… y el cielo cubierto de palenques, voladores y morteros.
¿Qué dirían de esto Don Fernando
Ortiz, Samuel Feijoó, o nuestro folclorista Pedro Capdevila, el más importante
teórico de la parranda remediana? ¿Cómo definirían ellos este nuevo fenómeno de
la parranda en la web? La música de la conga, las explosiones del fuego y los
gritos de la multitud siendo escuchados en una casa de Naples, en Nueva York… y
hasta en las más frías ciudades de Europa y Asia. Las fotos de una carroza que
acaba de salir, con cientos de comentarios en las páginas sociales. Y el
surgimiento de nuevos reporteros que les roban la primicia a los medios
oficiales. Es este un fenómeno que, sin lugar a dudas, cambia toda la dinámica
en torno a la información. En primer lugar, la multiplicidad de fuentes llega
al límite de lo infinito. Derivado de ello, la diversidad de criterios, la
inmediatez, la retroalimentación. La posibilidad de réplica. Las discusiones en
Facebook llegan a ser tan intensas como las que tienen lugar en las calles y en
el parque de Remedios.
Bernardo R. Salazar, un pintor remediano que desde hace años radica en
los Estados Unidos, es uno de estos reporteros emergentes, acaso el más
constante de todos. No hay foto que se le escape, y sin embargo está a más de
noventa millas de aquí. ¿Cómo es posible entonces? Pues supongo que Salazar ha
creado una enorme red de colaboradores (amigos y familiares) que hacen fotos de
todo, desde la preparación de la parranda en las naves de cada barrio hasta el
recorrido de las congas celebrando el triunfo. Todas estas imágenes se las van
enviando y él, ni corto ni perezoso, las publica en su página de Facebook que,
en este caso, funciona como una especie de periódico particular. Si quieres
enterarte de lo que pasa en Remedios durante la parranda, no hay medio más
fidedigno ni inmediato que el muro de Bernardo R. Salazar en Facebook. A veces
uno lo revisa y descubre cosas de las que no se había enterado, aún estando
aquí en Remedios. Y es que su red, supongo, es amplia y eficaz.
Este año, en las calles de Remedios y en los sitios de la web, se puede
oler el júbilo y la gratitud porque la parranda, con toda su riqueza expresiva,
fue un éxito rotundo por parte de ambos barrios. Se borró por fin el infeliz
recuerdo de la parranda 2014, malograda en todos los sentidos. Este año sí
tuvimos parranda, fue reñida la competencia y ello, por supuesto, da lugar a
que – en las calles de Remedios y en los sitios de la web – los carmelitas
anden diciendo que ganaron, y los sansaríes riposten que ganaron ellos.
Trabajo de Plaza. San Salvador Carroza. El Carmen
En el amanecer del día 25 ambos barrios recorrieron el triunfo en una
conga gigante donde ondulaban las dos banderas y se alternaron canciones de uno
y otro adversario. Hay que coincidir entonces con los más viejos cuando dicen
que el ganador es el pueblo remediano. Y agregar, a partir de ahora, a la red,
que se enriquece con las imágenes y videos (accesibles desde cualquier lugar
del mundo) de una fiesta genuina que, en plena era digital, mantiene íntegra su
esencia, al tiempo que asume los aportes inevitables del nuevo siglo.
* Todas las fotos son del autor.