Cuando
acabe este verso que canto
yo no sé, yo no sé, madre mía
si me espera la paz o el espanto;
si el ahora o si el todavía.
yo no sé, yo no sé, madre mía
si me espera la paz o el espanto;
si el ahora o si el todavía.
Hace algunos
días mis padres, desde Cuba, me contaron que en mi pueblo natal se acaba de detectar
una cadena de SIDA con cuarenta y dos casos verificados hasta el momento. La
noticia me dejó desconcertado, pensé en tantas personas conocidas, en amigos
que crecieron a mi lado, en otros amigos, más jóvenes que yo… y me dijeron mis
padres: hay muchos homosexuales involucrados, recuerda que siempre son ellos
los más vulnerables a contagiarse. Pensé entonces en dos películas
imprescindibles: Philadelphia (Jonathan
Demme, 1993) y The Cure (Peter Horton,
1995). El protagonista de la primera, magistralmente interpretado por Tom
Hanks, es un joven abogado, homosexual, contagiado con el VIH. El protagonista
de la segunda es un niño que contrae el virus a causa de una transfusión
sanguínea que no fue controlada. Y pensé en una de las más recientes obras de
mi amigo, el artista de la plástica Yunier Gómez Torres, titulada “Causas y
azares”. E inevitablemente pensé en Julio Cortázar, y su teoría sobre la
casualidad y la causalidad.
Causas y azares es el título de una canción de Silvio Rodríguez:
Cuando Pedro
salió a su ventana
no sabía,
mi amor, no sabía
que la
luz de esa clara mañana
era luz
de su último día.
Y las
causas lo fueron cercando
cotidianas,
invisibles.
Y el azar
se le iba enredando
poderoso,
invencible.
Y este Pedro de
la canción de Silvio pudiera ser uno de los “casos verificados” de mi pueblo
natal. O bien pudiera ser uno de los personajes en la obra de Yunier.
Los inquisidores
buscarán un culpable. Los escépticos culparán a Dios. Los cristianos alegarán
que es causa del pecado. En cambio Yunier, como Silvio, nos convoca a pensar en
que no siempre han de buscarse causas y culpables; en que hay también un
espacio en que el azar teje sus redes y nos atrapa a todos: al abogado o al
niño; al hijo del inquisidor o al sobrino del escéptico; a la madre del
cristiano.
Causas y azares, de Yunier Gómez Torres,
es también un canto a la vida. Y a la muerte. Un canto a la tolerancia. Y un
llamado de atención a los escépticos e inquisidores, a los practicantes de
cualquier religión o doctrina política. A todos nosotros, los vulnerables. Pues las causas (nos) andan cercando / cotidianas, invisibles. / Y
el azar se (nos) viene enredando / poderoso,
invencible.