jueves, 6 de junio de 2013

Apología


Apolo soy, sin arcos ni laureles,
oráculo sin voz; intermitencia
de luces estampadas: sacra ciencia
que descuerna mis míticos corceles.

Sinergia de hipocampos y escabeles,
imperio del argot y la apariencia,
cosméticos, hollín, efervescencia…
Pobre casa sin sangre en los dinteles

donde lloran mis musas sus dolores.
Antaño reino tuve, hoy ya solo
me queda mi jardín sin cundiamores.

Apolo soy jugando a los balines
con astros de oropel, y soy Apolo
sin Dafne, sin arpas ni delfines. 

                      Carlos Hans de la Cruz

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